Sabores

Me dejo mecer por los arruyos de la tarde.
Asentada en pensamientos
disfruto de la suave bergamota
posada en mis labios.
Es tan dulce el intenso juego
entre lengua, paladar y anhelos,
tan asombroso el efecto cítrico
embriagando los sentidos.

Y cerca,
entre las manos comienzan a bailar otros mundos
acompasados por la vivaz energía de mis ojos.
Esas páginas de lugares remotos
narrando otras vidas que no son
pero podrían ser la mia,
otros rostros felices, sombríos, interesantes,
fugaces o intensos;
y yo ahí pero no en mi
y tú tras el cristal contemplando mi forma
pero sin saberme tan ausente como estoy.

Aún es pronto para conocer la parte de mi que se va
volando inmaterialmente,
la que corre sin miedo a buscar horizontes;
aún es pronto para retener algo más de lo invisible,
que es lo más esencial de este ser,
y se evade y se regocija a sus anchas cuando estoy a solas conmigo
pero sin parte de mi

y aún así,
pese a desvanecerme,
pese a desvanecerse,
los corazones bañados en vaho que en el cristal me dibujas
siguen latiendo.

El cuento del hombre invisible

Estaba desnudo en la calle. Una ráfaga de viento volvió su paraguas y empapó de lleno su corazón. No dormían aún las farolas cuando las alcantarillas dejaron de beberse cada una de las lágrimas que el cielo vertía. No había nadie. Nadie salvo el silencio, la piel desprotegida, las gélidas gotas, los ojos amarillos de los estilizados gatos de metal, sus uñas en el asfalto y los desagües atragantados.

Entonces ella dijo “nunca más” antes de cerrar su puerta. Con el motor encendido se alejó robando el último resplandor de la luna. Cuanto más se alejaba menos ropa tenía, menos lazos les unían, menos hilos le cubrían. Ella dijo “nunca más” y su voz fue como despertar a la muerte.

Dicen que desde hace años vaga sin ser visto. Empezó a perder su piel cual muñeco deshilachado tras la inminente partida. El “nunca más” desconsiderado que no reparó en esa puerta, aquella que tras cerrarse había dejado enganchada el alma de un ser humano, aquella que cuanto más se alejaba, más le consumía.