No era la primera vez que caminaba por aquella senda cubierta de cenizas. Los pasos, tan acostumbrados, parecían confundirse entre las ruinas negruzcas de lo que hace tiempo se evaporó. Erguida sobre los nombres e imposibles que aún crepitan en las ascuas de la memoria, contempla el funeral eterno de lo que nunca podrá ser enterrado.

En un momento, los alísios hacen girar la llave que impulsa la huída. Mientras la ventisca continúe, intentará que las cenizas encendidas no le abrasen las escasos sueños que aún poseen sus alas.

3 comentarios:

Popuka dijo...

sólo diré un cosa: Im-prezionante :)

gaia56 dijo...

Me gustó mucho Maypi.
¿qué tal por Andalucía? estoy con muchas ganas de tener noticias tuyas para celebrarlas.
besinos.

Popuka dijo...

Hace mucho que no actualizas, y deberías hacerlo más a menudo, con tanta calidad literaria que hay por aquí jejeje. Esperemos que te llegue pronto la inspiración divina. Te he linkeado a un nuevo blog que he hecho en compañía de una amiga, lo llamamos, "Estrellas errantes". Pásate a echarle un vistazo cuando puedas, vale? Besinos.