retales del corazón,
sueños deshilachados
cayéndose de las mangas,
derrotas dormitando en cuadernos
y sombras
para arroparse.
que te he grabado a fuego y estás

tatuado en mi espalda,
profundo,
haciéndote sentir entre aguja y tinta,
dolor y marcas
hoy
que te hundes en mi piel,
liberas la cárcel de mis recuerdos
y los unes a ti,
a tu paso donde todo se va,
perece y se esfuma
hoy
que lo único que pasa eres tú
progresivo,
eterno.
En respuesta a la última tarea propuesta por el grupo Encadenados.Gijón: "Tiempos muertos"
se me cansa el corazón
de latir sin tu nombre.
Ahora
que podría romperme sin exhalar
una flor escarlata,
que podría respirar para morir
día a día
entre desiertos,
desconozco
como llenar un alma
que por más vacía,
más pesa.
del sueño y sus noches
para no ver los espejos rotos,
los reflejos de lo efímero
y los cuentos empolvados.
Confieso que enredaría
las sábanas a la garganta de tu recuerdo
en tanta ausencia a oscuras,
declarando la guerra a batallas perdidas
entre trincheras de olvido
y lágrimas en la recámara.
Confieso que vendería mis pasos
para no caminar sobre mojado,
para no retomar otro verso
mientras estés en cada letra presente.
Josefina R. Aldecoa
La fuerza del destino
Para decirte quién soy
no hacen falta los verbos ni los mapas.
Los pomos de cada puerta,
con las caricias que no he dado
te hablarán
de las que aguardan ser correspondidas.
En el camino que avanzo
se vislumbra la lucha entre un punto final
y los suspensivos,
el proyecto de un verso aún por escribir
y el miedo
a unas cenizas sin nombre
si me alejo del hogar.
Cuando el amor
no sea jamás ese paso huérfano en la nieve,
ni la reencarnación me lleve a los errores
cometidos en el pasado,
lograré delimitar mi silueta
para soltarla al viento,
para ser mi mundo.
En un momento, los alísios hacen girar la llave que impulsa la huída. Mientras la ventisca continúe, intentará que las cenizas encendidas no le abrasen las escasos sueños que aún poseen sus alas.


besan los tallos y niegan la tierra,
es porque buscan empaparse en su verde.
Así como el rocío sueña con una mañana
incapaz de secarle la vida,
así el viento mece y conserva las hojas
en las pupilas del que la aguarda.

Amicitia,
sin sauces
vacía de espinas te me entregas
entre cantos de Artemisa.
A ti
que duermes las nieves del dolor,
recoges mis cenizas antes de renacer
- de nuevo -
y me siembras esperanzas en las retinas
a ti
que me adormeces las fieras,
alimentas los años y guías sonrisas,
me acunas y despiertas
te canto
con afan de corresponderte.
las ruinas que se escapan por las aceras
y siguen aún de cerca
mis pasos.
No me quedan más vendas
para estos pies humillados,
no existe una sola esquina donde poder despistar
los cristales rotos de tu nombre.

Esta fotografía posee derechos de autor y pertenece a la célebre Anne Geddes
A mi madre
envuelta en los latidos en que dormía
antes de llegar al mundo.
Aún balbuceo tu nombre en las noches,
cuando las sombras dolientes
me visitan y me encojo,
tan pequeña
que podría caber de nuevo en tu vientre.
ni inviernos
que me alejen de la protección de tus ojos,
para los que nunca habrá distancias,
ni metas.
que separen de mi
lo que es tuyo,
y de ti
todo lo que soy
y llegaré a ser.

sueños de párpados aún cerrados
desgajando un segundo más
a la ilusión.
Son tantos los sinnombres que intentan
perpetuarse en el subconsciente,
abandonarse en la lluvia, subir al tejado...
Uno a uno se escapan
los diamantes del desayuno.
Este mes, el tema propuesto para la reunión mensual de Encadenados era "El desayuno". Este poema se ha inspirado en la película Desayuno con diamantes.


es la que espera unos labios
al final de la barra.
El cáncer más dañino
aguarda y anhela
El café más amargo
baila con la cucharilla en círculos
cuando las horas no llegan.
